martes, 26 de mayo de 2015

Pappardelle con chuleta de Sajonia y funghi




Hoy me siento cómodo escribiendo esta receta de creación propia. No por la originalidad y sabor  de la misma, sino porque no figura en el estricto recetario de cocina italiana.

Me explicaré, en Italia, país dotado de una inmensa y sabia cocina, son muy estrictos en la preparación de sus platos. Sobre todo los de pasta. Unos rigattoni a La Norma, tienen una única preparación, sin concesiones. No os digo ya de unos espaguetis a la Carbonara, o de una pasta a la Napolitana o a La Boloñesa. También estricta es la pasta a Le Vongole verace o al funghi. Y hay que irse con mucho cuidado si no se prepara con rigor un "sugo  alla puttanesca"

Esto en el fondo, es lo que me gusta de la cocina italiana y sobre todo en Italia. Donde en su carta rezarán más de treinta platos de pasta y ningún italiano preguntará que es.
Esto no sucede tanto en los restaurantes italianos fuera de sus fronteras, como por ejemplo en España, donde te pueden servir unos "Carbonara" condimentados con crema de leche. Si esto sucediera en Italia, el "cuoco" podría ser llevado ante un pelotón de fusilamiento.

Por eso, repito, me siento relajado al explicaros esta pasta que el otro día preparé.

Pondremos una olla con abundante agua y sal para hervir los Pappardelle. En el momento que el agua empiece a hervir añadiremos la pasta y empezaremos a preparar nuestra salsa.

Para ello, habremos cortado en juliana una cebolla y habremos hecho unas tiras con la chuleta de Sajonia y tendremos unos funghi en remojo.



Empezaremos salteando a fuego vivo la cebolla, al cabo de un par o tres de minutos añadiremos las setas y las tiras de Sajonia. Los Pappardelle (secos) tardan unos siete minutos en cocerse, tiempo más que suficiente para que nuestro salteado esté listo.



 Sacaremos ayudados de un colador la pasta y la añadiremos a nuestro salteado. Incorporaremos una buena cantidad de crema de leche y queso Gruyere o Conté y dejaremos que reduzca.



Y ya podremos servir este plato de pasta que acompañaremos con queso Parmesano y el molinillo de pimienta para acabar de sazonarlo a gusto de cada uno.



Hablemos un instante de la chuleta de Sajonia.



¿Quién no se ha comido alguna vez una chuleta de Sajonia? ¿Pero os habéis preguntado de dónde procede? Pues de la región de Sajonia no.

Esta es otra de esas particulares historias que giran en torno al nombre de un plato. La chuleta o filete de Sajonia, como se conoce aquí en España, tiene un origen incierto, pues algunos afirman que proviene de la ciudad de Kassel, en la región de Hesse de Alemania (no de Sajonia) y de ahí su nombre en alemán “Kasseler”. Sin embargo, otros dicen que el origen se debe a la receta creada por un carnicero de Berlín que se llamaba Cassel. Lo que sí está claro es que su procedencia es alemana.

La “Sajonia” es un filete o chuleta de cerdo preparada en salazón y con un toque de ahumado que permite una preparación muy versátil, desde cocción hasta su preparación en horno o a la plancha y en este caso, para preparar una rica pasta.

Ahora, espero que mis amigos italianos no me reprochen la preparación de esta receta y menos que por ello, me lleven ante un pelotón de fusilamiento.


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